N+2: Legendy Peruanskih Indejcev - Vladimir Pekar (1978)

03 mayo 2012

Legendy Peruanskih Indejcev - Vladimir Pekar (1978)


Las leyendas de los indígenas peruanos / The legends of Peruvian indians
Ruso/Russian | Subs: Castellano, English

Los Mochicas animados en Rusia con la direccción de Vladimir Pekar, y la música de Eduard Artemyev. Un maravilloso ejemplo de como la iconografía y pictografia Moche (siglos I y VI d.C.) aunado a un trabajo bien llevado de cut-out (recortes, collages, animados) pueden potenciar el relato cultural, es como si la historia graficada por los Mochicas en los templos como el de la Huaca del Sol y la Luna cobraran sentido frente a nuestros ojos. Destaca en este trabajo su correcto uso del color y diseño.




En el período cultural conocido como Desarrollos Regionales existió en la costa norte del Perú un pueblo poderoso y muy guerrero conocido como la sociedad Mochica.

La cultura Moche o Mochica surge y se desarrolla en los siglos I y VII, teniendo como escenario la larga y angosta franja desértica de la costa norte del Perú donde se encuentran los restos de sus templos piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios que testimonian su alto desarrollo artístico, tecnológico y compleja organización.

Es la cultura más conocida y admirada del Perú. Una de las más representativas del Perú antiguo desde el punto de vista de su expresión artística.

Los elementos de las culturas Cupisnique (“Chavín Costeño”), Salinar, Vicús y Virú se fundieron para formar la gran cultura Moche en sus primeras epocas. Luego de este largo proceso, apareció como una síntesis regional autónoma, con mayores aportes tecnológicos e ideológicos que cualquier otra cultura norcosteña y andina.

La Cultura Mochica tuvo su hábitat en el valle homónimo, desarrollándose entre los territorios de valle de Nepeña al Sur y de Piura al Norte. Ocuparon los valles de la Leche, Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa y Nepeña.

Históricamente fue conocida como Protochimú o Chimú Temprano, pero recibió el nombre de Moche tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se la denomina Mochica en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores.




El más conocido legado cultural de los Mochica es su cerámica, generalmente depositada como preciosa ofrenda para los muertos. Hombres, divinidades, animales, plantas y complejas escenas fueron representadas por sus artistas bajo la forma de imágenes escultóricas o vasijas decoradas a pincel.

En términos generales ésta es bícroma (rojo sobre crema). Estos colores poseen una amplia gama de tonalidades, existiendo una tendencia a ser más oscuras al final del desarrollo Moche.

Los ceramios o “huacos” Moches (vasijas cerradas, de cuerpo globular o escultórico, base plana y con un gollete tubular en forma de asa estribo), han sido uno de los elemento primordiales para conocer no solo el espíritu de esta cultura preincaica, sino la sociedad, el entorno natural en el que se desarrollaron y las diferentes etapas de su evolución cultural.

Las técnicas de manufactura que mayormente conocieron fueron el moldeado y el estampado. Por el gran dominio de la cerámica escultórica y pictográfica se le ha denominado, y con mucha justicia, el Período de los Maestros Artesanos. Dada la calidad estética y temática de su innumerable producción se ha convertido en el mejor espejo de su vida cotidiana y espiritual.

Elaboraban su cerámica individualmente, pero también llegaron a emplear moldes hechos de cerámica para proveerse de una producción masiva de recipientes especialmente de los que acompañaban a los difuntos ilustres en calidad de ofrendas. La gran mayoría de los ceramios tuvieron uso ritual funerario, sin embargo, la vajilla para uso diario, utensilios domésticos y vasijas para agua fueron funcionales, sencillos y escasamente decorados.




La cerámica moche, además de ser un brillante ejercicio escultótico, sirvió de base a una pintura muy especializada la pictográfica, era ejecutada con pinceles de pelos de animales y humanos, plumas de aves y puntas de carrisillos. Los diseños o dibujos se hacían mediantes colores planos, los personajes llenos de contraste se plasmaban de perfil, con algunos espacios rellenados de color rojo indio y complementado con líneas muy finas y elegantes.

Los motivos pintados en el entorno de los cuerpos globulares de los ceramios incluyen temáticas variadas de su mundo ecológico, de sus actividades básicas de caza, pesca, recolección, tecnologías, batallas, danzas, sexualidad y un complejo mundo de representaciones ritualísticas: ceremonias de sacrificios humanos, transformaciones míticas: antrozoomórficas, antro-ictiológicas, antro-ornitomórficas; complementado con una serie de elementos tipo geométricos, como signos escalonados, grecas, cruces, círculos, orlas, volutas, etc.

Uno de los temas fueron las divinidades de la cultura Moche. Y es que, los ceramistas moches cuidaron mucho la representación de cada una de las divinidades. Casi siempre se trata de mitos o representaciones de la de la vida ultraterrenal. Son decoraciones planas, sin perspectiva, casi siempre de perfil, excepto en algún caso en que rostro y torso están de frente.




Los Mochica plasmaron el entorno de su mundo cultural y religioso en su expresiva cerámica perfeccionando una actividad artística que constituye el mejor documento y testimonio de su cultura: hombres, divinidades, animales, plantas y complejas escenas fueron representadas. Los Mochica desarrollaron en su cerámica dos grandes vertientes: pintura y escultura. Junto a la famosa plástica Mochica, que asombra por la expresividad de sus "retratos" de arcilla, se encuentran también las representaciones pictóricas plasmadas sobre la superficie globular de los ceramios. Mediante trazos perfilaron figuras y complejas escenas donde los seres representados derrochan vida y movimiento. Así, la posición de las extremidades puede indicar quietud, caminata, carrera o baile; inclinar el torso hacia adelante implica velocidad y la posición de la cabeza, reverencia o dignidad. En artísticas discordancias anatómicas, estas figuras combinan partes de frente y de perfil.

En sus esquemáticos dibujos, la perspectiva se establece reduciendo el tamaño de las representaciones distantes. Otras veces, se recurre a separar paneles horizontales que indican diversos planos. El tamaño y proporción de los actores señala su rango e importancia en la escena: los señores eran siempre representados más grandes que los hombres comunes.

Los estudios recientes dejan en claro que el arte Mochica no captó todos los aspectos de la vida cotidiana y que graficó únicamente imágenes y escenas significativas referidas a eventos, temas ceremoniales constantes y probablemente mitos y relatos que reflejan su concepción del mundo. Una selección representativa nos aproxima a este fascinante mundo de imágenes gráficas.


Mitología Mochica

Para los mochica, amantes de la vida, la muerte no constituía el final. Los hombres seguían viviendo en otra esfera del mundo con sus mismas obligaciones o privilegios, razón que llevó a sepultarlos con provisiones y bienes. Los entierros reflejaban así la función y lugar de cada hombre dentro de su sociedad. 

Poco nos queda de los mitos en los que basaran su religión los miembros de la cultura mochica o Moche, que se desarrolló en la zona norteña de la costa del Perú mucho antes que el Imperio inca.

Pero sí quedan aún en pie sus monumentales pirámides de adobe de Vicus, aunque el tiempo ha ido erosionando implacablemente su endeble estructura, tanto como ha ido haciendo que se perdiera su riqueza colectiva y su legado cultural.

Se trató de un pueblo costero que, como sucesor de muchas y muy diversas culturas, fue agrupando los diversos retazos mitológicos, hasta formarse un grupo de divinidades heterogéneas y crear un conjunto panteístico peculiar al cuidado de la clase sacerdotal teniendo al jaguar a la cabeza de las diversas divinidades locales, casi todas totémicas, como el demonio-cangrejo, o el demonio-serpiente, sus animales locales, presididos por el martín pescador y las curiosas cerámicas sexuales en las que se supone que se quiere dar una lección de moral, uniendo la figura del placer a la de la muerte.

Sus dos grandes templos, las Huacas del Sol y de la Luna, son obras de grandes dimensiones.

Los mochicas llamaban Aia Paec a la divinidad y Alaec pong a la piedra o figura que la representaba.

Otras divinidades eran Si (la luna), Ni (el mar), Fur (Iguana, dios de la muerte). Los del valle de Chicama le rendían culto a su dios Chicamac.

A pesar de que Aia paec era la deidad principal, el culto a Si era el más extendido dada la relación de la luna con el mar y las mareas (puesto que los mochicas eran esencialmente pescadores). Consideraban a la luna más poderosa que el sol. Durante los eclipses lunares creían que la luna era atacada y había grandes llantos, cuando pasaban hacían una fiesta celebrando el triunfo de la diosa. Ofrecían muchos sacrificios a la luna, hasta sus propios hijos.

Los habitantes de la zona de Pacasmayo (Pacatnamun)rendían especial culto al mar y le ofrecían maíz y almagre.

La práctica de la magia estaba muy difundida. Los brujos hacían sacrificios en un cerro sagrado del valle de Talambo llamado Coalechec.

La Huaca del Sol, con cinco grandes terrazas, la mayor de ochenta metros de longitud, sobre unas bases de 228 de largo por 136 de ancho y la plataforma de 18 metros de altura, está coronada por una pirámide de 23 metros de altura, que tiene una base cuadrangular de 103 metros de lado. 

La Huaca de la Luna tiene una base de 87 metros por cada lado y una altura de 21, y en su plataforma superior se levantaban una serie de salas decoradas con figuras humanas. 

Las dos huacas están construidas de adobes, sobre una llanura arcillosa, calculándose que sólo para la construcción de la Huaca del Sol se emplearon ciento treinta millones de piezas, siendo, pues, las dos huacas mayores como montañas hechas por el hombre para la gloria de sus divinidades y para acercarse más aún a los secretos del firmamento.


The Moche civilization (alternatively, the Mochica culture, Early Chimu, Pre-Chimu, Proto-Chimu, etc.) flourished in northern Peru with its capitalHuacas del Sol y de la Luna near actual Trujillo city from about 100 AD to 800 AD, during the Regional Development Epoch. While this issue is the subject of some debate, many scholars contend that the Moche were not politically organized as a monolithic empire or state. Rather, they were likely a group of autonomous polities that shared a common elite culture, as seen in the rich iconography and monumental architecture that survive today. They are particularly noted for their elaborately painted ceramics, gold work, monumental constructions (huacas) and irrigation systems. Moche history may be broadly divided into three periods – the emergence of the Moche culture in Early Moche (AD 100–300), its expansion and florescence during Middle Moche (AD 300–600), and the urban nucleation and subsequent collapse in Late Moche (AD 500–750). Moche society was agriculturally based, with a significant level of investment in the construction of a network of irrigation canals for the diversion of river water to supply their crops. Their culture was sophisticated; and their artifacts express their lives, with detailed scenes of hunting, fishing, fighting, sacrifice, sexual encounters and elaborate ceremonies.

The Moche cultural sphere is centered around several valleys on the north coast of Peru in regions La Libertad, Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa, and Nepena. The Huaca del Sol, a pyramidal adobe structure on the Rio Moche, had been the largest pre-Columbian structure in Peru. However, it was partly destroyed when Spanish Conquistadores mined its graves for gold. Fortunately the nearby Huaca de la Luna has remained largely intact; it contains many colorful murals with complex iconography. It has been under archeological excavation since the early 1990s. Other major Moche sites include Sipan, Pampa Grande, Loma Negra, Dos Cabezas, Pacatnamu, San Jose de Moro, the El Brujo complex, Mocollope, Cerro Mayal, Galindo, Huanchaco, and Panamarca.



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8 comentarios:

  1. QUE PIEZA TE MANDASTE NICO!!!! El arte de las culturas preolombinas me apasiona; los moche o mochicas no son la excepción, su iconografía sexual es hermosa. Muchas gracias por compartr y a descargar se dijo.

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  2. Sabía que te iba a gustar Mike! Es genial, al igual que el largo del Popol Vuh. Es un corto para aprender y no dejar de leer la info que agregué para entender mejor el entorno en el que fue realizada esta obra maravillosa.

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  3. Qro, bajé los archivos y los descomprimí pero los subtítulos brillan por su ausencia....


    ¿Podrías resubirlos?

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  4. Hola Yefren. Los subtítulos están incluídos en el MKV. Los seleccionas desde el menú del reproductor que uses. En VLC -> Video->Subtítulos y allí los encuentras brillando en su esplendor.

    Saludos.

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  5. FELICITACIONES POR ESTA EXCELENTE PÁGINA.
    LOS LINKS DE MEDIAFIRE ESTÁN CAÍDOS.
    SALUDOS.-

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