Sin diálogos/No dialogue
Esta semana, en nuestra revisión de la lista de Annecy, le ha llegado el turno a Satiemania realizado en 1976 por Zdenko Gasparovic, pero más que el nombre de su realizador, que a la mayoría les sonará a chino, lo importante es que con este corto llegamos a uno de esos lugares míticos de la animación, con los que tanto les doy la lata.
Se trata de Zagreb Film, un estudio afincado en la ciudad del mismo nombre, por entonces perteneciente a Yugoslavia, y que de 1950 a 1990 produjo un total de 400 cortos de presencia obligada en los festivales de animación de todo el mundo. Un estudio que se podría decir que no tenía estilo, más allá de que toda su producción era experimental o como poco inusual, pero esta carencia de unidad estilística no suponía un defecto, sino una virtud, ya que lo que se intentaba es dar la máxima libertad a los autores, algunos sin ninguna relación con la animación, para que plasmasen sus inquietudes con este medio. Por supuesto, muchos de los cortos fueron fallidos, unos pocos obras maestras, pero ninguno sin su interés y su atractivo, simplemente por proponerse siempre ir un poco más allá, extendiendo los límites de la forma.
En el caso que nos ocupa, Satiemania, la excusa es un corta pega de fragmentos del compositorEric Satie, sobre el que se teje toda una serie de secuencias animadas, supuestamente inspiradas por la música. Esta evocación visual puede resultar sorprendente, cuando no escandalosa, para el espectador, ya que en su mayoría se trata de imágenes de fuerte contenido sexual, escenas de prostíbulo, o de una violencia no menos explícita, lo cual parece estar en contradicción con la nobleza y belleza ideal que nos transmite esa música.
Es cierto que en todo el corto anida una fuerte intención irónica, la contraposición de esa música perfecta con la fealdad y la deformidad de un mundo, el nuestro, en que los más fuertes realizan su voluntad y las relaciones sociales lo son de dominación y sumisión, pero no es menos cierto que Satie era un compositor con una fuerte tendencia a la ironía y la subversión, como corresponde a todo buen modernista, plagando sus partituras de indicaciones imposibles y mordaces que sólo el interprete podía leer e incluso mofándose del propio concepto de música, tal y como lo había entendido el romanticismo, al crear obras que no debían ser escuchadas, destinadas a llenar los espacios muertos en las representaciones teatrales.
Teniendo esto en cuenta, se hace posible conciliar un poco la aparente discordancia entre lo visto y lo oído en este corto, al unir la ironía del compositor con la ironía del animador. Sin embargo, más allá de esta subversión aparente, que no pasaría de ser una provocación huera, el corto, como la música de Satie, es un ejemplo magistral de rigor formal. Todo el movimiento que se muestra en el corto marcha al compás de la música de Satie, permitiendo así que sintamos el movimiento visto; mientras que la propia animación es cualquier cosa menos simple, no sólo por utilizar la deformidad como medio de crear variedad y de hacernos ver el mismo movimiento de manera constantemente renovada, sino por partir de dibujos y bocetos sin simplificar, que sólo se pueden dotar de movimiento a base de horas y horas de trabajo.
David Flórez (Caminando en círculos)
The Yugoslavian film "Satiemania" by Zdenko Gasparovic, is the most relentlessly violent film I have seen since "Fantasmagorie". However, where Emile Cohl's use of violence was merely for comic effect, Gasparovic's use of violence has a creepier effect, and of course, a more metaphoric meaning. It doesn't hurt that these strange images are complimented with the music of Erik Satie. Actually, this film is a great introduction to his work, although it leaves out his best known (and my favorite) piece, "Gymnopedie No. 1". This is forgivable though, for it leaves more room to introduce more works by this overlooked composer, none of which I had heard before I first saw this film.
Some of the imagery reminds me of a surreal sequence from Ralph Bakshi's "Heavy Traffic", specifically the parts with the fast paced music. There is one such part in "Satiemania" that is almost painful to watch. It is a rapidly paced montage of various cartoon characters getting shot, stabbed, beaten, and maimed, all in explicit, gory detail. I have a feeling this could be a reflection of Gasparovic's rage at being an unfulfilled artist. I looked up his filmography on the Internet Movie Database. Not only was Satiemania not even listed (something I later corrected), but his only two credits were as an animator. One for the original "Scooby-Doo" TV show, and one for that awful Canadian made film "The Nutcracker Prince" (1990). No wonder he's angry! I don't blame him.
Of course, some of the violent, disturbing imagery had a less jarring, but more haunting effect. Probably the most unsettling (and my favorite) image comes from a sequence set to a slow, melodic piece. An old, dinosaur-like woman eats a piece of cake. She bites great chunks off and gnaws on them greedily, spewing pieces everywhere. Then, without even flinching, she bites off the last piece. ALONG WITH HALF HER HAND! Blood spews everywhere, but the lady takes no notice. She continues to chew, staring blankly into the camera, as it slowly zooms forward. I get chills just thinking about that image, an excellent metaphor for all consuming greed.
(IMDB)
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